martes, 25 de diciembre de 2012

Un Ritchie en Cuba: al rescate de la historia

 Nuestras verdaderas raíces nunca deben ser olvidadas.Por eso reconozco y estimulo la labor de los que tienen la voluntad de descubrir de dónde vienen y qué hicieron nuestros progenitores. De eso trata el siguiente trabajo de Dailí Góngora Vicente   y que a continuación pongo a consideración de ustedes.

“Un Ritchie en Cuba” nació como un proceso de transformación desde la comunidad: soñado, planificado, conducido, ejecutado y evaluado por la propia comunidad. Fue así como poco a poco su impacto se dio por los resultados obtenidos en ella.
El proyecto tiene su base fundamental en la figura de Gilbert Yor Ritchie William, quien nació el 25 de diciembre de 1900 en las Colinas de Leinster, Saint Mary, Jamaica, y viene a Cuba en 1924.
En el año 1928 llega a Cayogüín y se casa con Otilia Gamboa, hija y nieta de mambises. Crea con ella una enorme familia. Trabaja entonces como panadero, dulcero, hachero, carbonero y profesor de inglés. En 1950 el dueño del aserrío local Felipe France, lo conoce y casi de inmediato lo convierte en el oficinista, tenedor de libros, económico, en fin, el hombre que administraba todo el estado financiero de este hombre que era un además un destacado comerciante.
Ritchie dominaba 4 idiomas, tenía amplios conocimientos de Historia Universal, Matemáticas, Aritmética y una amplia cultura. Se vuelve además en un estrecho colaborador del Ejército Rebelde, llevándole medicinas y curando enfermos como un verdadero profesional, otro de sus grandes dones.
Se jubila de la oficina de Felipe France en el año 1978, y se convierte en el más fiel miliciano de las Tropas Guardafronteras como parte del Pelotón Mirando al Mar, donde obtiene diversos reconocimientos que por suerte aun se conservan por los integrantes del proyecto.Se dice que Ritchie fue la enciclopedia viviente de Cayogüín y que no se puede hablar de la historia de la Empresa Forestal de Baracoa sin hablar de “Ritchie el jamaiquino”.
Muy enfermo y ciego, Gilbert Yor Ritchie William muere en Cayogüín, el 5 de marzo de 1993, rodeado de la familia que logró crear, de sus amistades y compañeros de trabajo.
Su cuerpo sin vida fue cubierto por una bandera cubana que se atesora celosamente.
A Ritchie se le hizo Guardia de Honor como al más legendario y autóctono miembro de la comunidad de Cayogüín, como al más oriundo cubano. Por eso, este proyecto no tiene fronteras ni límites.
La impronta de su abuelo Ritchie trae hasta esta entrevista al Licenciado Edgar Ritchie Navarro, quien lleva adelante el Proyecto de Inmigración Jamaicana en el Nordeste Oriental Cubano: “Un Ritchie en Cuba”, desde el Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa ¨Doctor Antonio Núñez Jiménez¨.
- ¿Cómo y cuándo surge la idea del proyecto? ¿Qué le motivó a llevarlo adelante?
El proyecto tiene su inicio en enero del 2011, como una manera de replantear la personalidad de Gilbert Yor Ritchie William y para llevar la historia de la localidad de Cayogüín a un plano superior ante el desconocimiento y pérdida de este patrimonio histórico local. Una manera que permitiría abordar y entregar un plan de desarrollo local comunitario, con una base extensiva a otras comunidades.
Apoyado en la propia investigación, se logró la inserción de un proyecto de inmigración jamaicana en la Facultad de Humanidades del Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa “Doctor Antonio Núñez Jiménez”, con la característica de ser casi de forma independiente y sin financiamiento institucional, pero apoyado en el legado de Ritchie.
El nombre de este proyecto está estrechamente vinculado a la participación de la impronta jamaicana en el nordeste oriental cubano, ya que es el nombre del más legendario miembro de la comunidad de Cayogüín: Gilbert Yor Ritchie William, o mejor dicho “Ritchie el jamaiquino” como todos lo conocían.
La propia huella jamaicana en Cuba, además las lagunas dentro de nuestra propia historia, de temas ya olvidados pero de una asombrosa magnitud, que van a conformar ese ajiaco afrodisíaco que es nuestra cultura, como lo llamara el destacado investigador e intelectual cubano Fernando Ortiz Fernández.
- ¿En qué eventos ha podido participar el proyecto? ¿Cuáles han sido sus logros fundamentales?
Hemos participado en diferentes eventos nacionales y con carácter internacional, como las Romerías de Mayo y el Festival del Caribe, este último fue el impulso cualitativamente superior al proyecto.
En agosto de 2011, como homenaje a la liberación de Jamaica, al 500 Aniversario de la Fundación de la Villa de Nuestra Asunción de Baracoa y al año de los Afro descendientes, quedó inaugurado, mediante una fiesta popular y con esfuerzos propios, el primer monumento a un ciudadano jamaicano en Cuba: el Monumento a Gilbert Yor Ritchie William, en el Kilómetro 13 de la Carretera Baracoa- Moa, en la localidad de Cayogüín. Este es hoy el símbolo más hermoso del proyecto.
Hemos divulgado tanto nuestras actividades como los logros en la radio y la televisión local. Se mantiene comunicación con importantes personalidades e instituciones tanto nacionales como internacionales.
Se han ejecutado diversas acciones apoyadas en este estudio, lo que permitió que se desarrollaran 4 tesis para alcanzar el titulo de Licenciatura en Estudios Socioculturales en la universidad moense. Se han impreso folletos con aspectos básicos de la historia de la localidad y entregado a las escuelas de Cayogüín.
Nuestra más grande satisfacción es contar con el reconocimiento de los habitantes de ese terruño, pues por primera vez surge una investigación desde adentro de Cayogüín.
- ¿Qué propósitos persigue el proyecto? 
Son muchos los objetivos que pretendemos alcanzar, en primer lugar el estudio de la inmigración jamaicana y su legado a la cultura en el territorio del noreste, que comprende desde la Punta de Maisí en la provincia de Guantánamo, hasta el municipio Frank País en la provincia de Holguín, para profundizar específicamente en el rescate de la historia, cultura y tradiciones de la localidad de Cayogüin en el municipio de Baracoa, en Guantánamo.
También pretendemos insertar el proyecto en el marco académico de la universidad, mediante las tutorías de tesis sobre la inmigración jamaicana en el nordeste cubano.
Ahora estamos accionando para lograr que en la ciudad de Moa se le coloque una Tarja de recordación o un Monumento al también ciudadano jamaicano John Alexander Christie Duffas, otra figura prominente para la historia local, considerado como uno de los primeros pobladores de Moa.
Trabajamos en función de crear la Cátedra Honorífica del Caribe en el Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa, en coordinación con el Departamento de Extensión Universitaria y la Facultad de Humanidades de nuestro instituto.
Y como finalidad fundamental, pretendemos llegar a publicar el Libro “Un Ritchie en Cuba”, para insertar en la historiografía cubana y caribeña la historia de muchas comunidades costeras del nordeste oriental cubano que atesoran una gran tradición.
- ¿Puede hacer referencia al legendario apellido Ritchie?
Siempre debo remontarme al surgimiento de este apellido. Ritchie tiene su surgimiento en Inglaterra o Escocia, pues aparece en el libro "The General Armory of England, Scotland, Ireland and Wales" escrito por Sir. Bernard Burke. Esta obra apareció por primera vez en el año 1842 y en ella se describen unos 60.000 apellidos, entre los que está la historia del apellido Ritchie.
En las Colinas de Leinster, en ST. Mary, Jamaica, vivía Guillermo Ritchie que ya tenía algunos de sus hijos cuando en 1834, Gran Bretaña aprueba la abolición de la esclavitud en las Indias Orientales. Este importante hecho ocurre dentro del marco de la nombrada Era Victoriana. Así, en 1841 nace libre William Ritchie, padre de Rueben Bartholemew Ritchie, padre a la vez de Gilbert Yor Ritchie William, mi abuelo.- ¿Algo más que añadir?
Sí, quiero puntualizar que Gilbert Yor Ritchie William fue un hombre excepcional y que trabajamos sin descanso para levantar su nombre y darle el reconocimiento que merece, por lo que significó en la historia de la comunidad de Cayogüín.
Muchos de los descendientes de Ritchie en Cuba y Jamaica hemos podido reunirnos y conocernos personalmente, una de las cosas más hermosas que he experimentado.
Lo más importante es que seguimos habitando y cuidando como él, la tierra que ayudó a construir.

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