miércoles, 5 de diciembre de 2012

En el centenario de Rita Longa


Parte del legado artístico de Rita Longa Aróstegui, quien es considerada figura cimera de la escultura cubana en el siglo 20, fue expuesto en soporte digital en la Sala Teatro de la Casa de Cultura de Baracoa, como parte del Coloquio RITA EN GUANTÁNAMO, a propósito del centenario de su natalicio.
 En el encuentro, la abogada Ana María Álvarez Tabío, nieta de la afamada artista con formación básicamente autodidacta, ofreció una panorámica del quehacer de Rita, quien se inició en el mundo de las artes de la mano de su madre y desafió cánones y preceptos de una época que no veía en la mujer condiciones para una labor como la de esculpir.
Álvarez Tabío, dejó entrever con marcada sencillez y humildad la pasión intrínseca que sentía por las Artes Plásticas Rita, quien desarrolló a plenitud una obra que moldeó desde el yeso, la madera, el aluminio y el bronce, hasta la piedra artificial, el cemento y el mármol.
 El creador José Villa Soberón, quien tuvo el placer de conocer y recibir oportunos consejos de la experta, comentó memorables pasajes de la vida de la virtuosa que descolló por su fecunda colección de obras, ya fueran por voluntad o encargos, que variaron temáticas desde el popular Gallo de Morón , la Aldea Taína en Matanzas ,hasta la bendecida Santa Rita de Casia que se encuentra en la Iglesia de Miramar, en La Habana.
 La también artista Lesbia Vent Dumois, recordó las virtudes que atesoraba Longa Aróstegu, una mujer que se caracterizó por el gusto a lo sensual y lo táctil y que alcanzara el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1995.
En el cierre del Coloquio, el Doctor Pedro Eladio Sánchez Rosell, agradeció eternamente a Rita Longa la escultura del Indio Hatuey que hoy reposa frente a la Iglesia Católica de esta ciudad de Baracoa, como símbolo de una villa rebelde que la recuerda y evoca en el centenario de su natalicio.
 El alto vuelo imaginativo  de Rita se volcó en la representación monumental del grupo familiar de venados que se puede observar a la entrada del Parque Zoológico de La Habana; también en la famosa bailarina del internacionalmente conocido cabaret Tropicana; en la imagen de la llamada Virgen del Camino, que hoy es el símbolo del municipio capitalino de San Miguel del Padrón, o la aldea taína de Guamá, en la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas, por solo mencionar algunas de las más conocidas.
A lo largo de sus prolíficos 88 años de vida, la escultora participó en más de diez exposiciones colectivas en Nueva York y también en otros países de Europa y el Caribe, además de diversas muestras personales organizadas en Cuba desde fines de la década de los años 20 hasta 1997.




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