jueves, 15 de noviembre de 2012

Glicerio Blanco Lores, un paradigma para los baracoesos.




Mis amigos,conocer la historia de la localidad reviste de vital significación para quienes habitan en cualquier lugar del planeta. Por eso, hoy les propongo el siguiente trabajo de mi colega  ,Yenelis Vera Abad.
 “Alingo”, como de cariño le llamaban sus amigos, era un joven de corta edad pero con principios y valores por las nubes. Nacido en Baracoa el 20 de noviembre de 1936, Glicerio Blanco Lores llega a ser un revolucionario con ideales de independencia. El ser pobre le impidió continuar estudios y con solo 15 años ya se dedicaba a la electricidad. 

 Con gran afán por la pelota, se presentó a varios juegos en diversas zonas de su ciudad natal. Contribuyó en disímiles ocasiones con los rebeldes y la causa revolucionaria a través de la entrega de medicinas, comida, mensajes y otras acciones de gran relevancia.
Su hermano se alzó en las montañas, sin embargo él se quedó en la ciudad al frente de su madre y su padre, quien siempre estaba enfermo. Desde allí se vinculó con todo el movimiento que se gestaba en contra de la dictadura. Esto llamó la atención de los esbirros, quienes comenzaron a perseguirlo.
El 11 de octubre de 1958, a las 11:00 p.m, Glicerio escuchaba la pelota cuando tocaron a la puerta de su casa. Su madre al abrir se vio en presencia de un hombre enmascarado, quien supuestamente traía noticias de su hermano alzado. En cuestión de segundos Glicerio fue disparado en el hombro. 
 A pesar de que no era una herida grave su madre lo llevó a una clínica. Temprano en la mañana él le pidió a la misma que visitara a su padre, quien se había quedado en casa muy nervioso. Al volver la madre Glicerio no estaba.
 Con insistencia buscó y preguntó por su hijo, pero no recibió respuesta. En un instante le avisaron de unos cadáveres que habían aparecido en las cercanías de Las Minas y Jobo Dulce y allí encontró al joven cuerpo lleno de balazos.

Así terminaba la vida de este temprano rebelde. Hoy constituye un importante ejemplo para la ciudad que le dio vida: Baracoa. En la actualidad existe una escuela con el nombre de Glicerio Blanco Lores, donde se engendran jóvenes patriotas con valiosos principios como seres humanos y cubanos.

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