viernes, 15 de febrero de 2013

Barriendo calles

En la madrugada, mientras la mayoría duerme, un pequeño grupo de hacendosos vencen la ardua batalla  que significa mantener limpias las calles y barrios de cualquier ciudad.


¿Por qué no hablar de ellos si son protagonistas de una labor que deben asegurar con limitados recursos y sobre la cual solo esperan respeto a través de frases como  “buenos días”, ¿como estás?, ¿desea un traguito de café? o ¡que bien está su trabajo!?


Silenciosos, barridos tras barridos descubren huellas de historias al tropezar con una carta estrujada o con vidrios de lo que fue una botella de quienes trasnochan y parecen empeñarse en no cuidar los parques o cualquier entorno urbanístico.


Su auténtica sencillez se pone de manifiesto en el cuidado de áreas verdes, en la atención a jardines y florerías, en los servicios necrológicos y en otras prestaciones, aunque algunas personas tengan prejuicios hacia estas labores.


na loma de  escombros en lugares inadecuados, desechos sólidos  fuera de los cestos, tanques mal tapados, incumplimientos con el horario de sacar la basura de la casa son, entre otras, algunas de las indisciplinas que padecen estos laboriosos, los cuales sienten aprecio, orgullo y agradecimiento por su quehacer y por el derecho a ganarse la vida con honradez.


Como dice la letra de la canción del trovador Silvio Rodríguez, estos hombres son reparadores de sueños, les corresponde componer lo que otros rompen.


Embelleciendo la  ciudad, ven el amanecer de este 15 de febrero para homenajear el natalicio de Faustino Pérez, principal precursor del  trabajo de los Servicios Comunales en Cuba.

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