viernes, 16 de agosto de 2013

Una gala de lujo para una ciudad de fiesta

La plaza Cacique Hatuey de la ciudad de Baracoa acogió la gala de celebración por el 502 aniversario de la primera de las villas cubanas.

El comienzo de la velada fue un tributo a la música de la localidad con la interpretación de una nueva versión del tema A Baracoa me voy, a cargo de la legendaria orquesta que lleva el nombre de la ciudad más antigua de Cuba.

La antológica melodía de Antonio Machín conmovió a los presentes por el ímpetu que a pesar de los años conserva la misma, en la que se apoyaron los integrantes del cuerpo de baile Sabor Caribeño para mostrar su profesionalidad.

Pantallas gigantes reflejaron efectos de mar, aves y naves de la época de colonización en América para recrear un recorrido por la historia, que se asomó en el espectáculo con el encuentro entre las culturas taína y española hasta llegar a la esclavitud del negro.

En otro momento instructores de arte representaron a aborígenes que realizaban labores como recogida de frutas, pesca, rayado de yuca y traslado en canoa.

Las actuaciones del grupo musical Carlos Hernández y su banda tropical, la agrupación folclórica Bararrumba, el grupo portador del Kiribá-Nengón y el Club del Danzón hicieron brillar la idea concebida por los talentosos Felipe Aguilar Velasco y Eraidis Gámez Oliveros.

Como fiel reflejo de la esencia de este pueblo, ritmos autóctonos, pregones y canciones acentuaron la decoración de la escenografía que mezcló elementos modernos con el verde de los follajes, las siluetas curiosas de las montañas, el caudal de los ríos y productos como coco, café y cacao.

Lo mejor de la velada cultural se dejó para el final con agrupaciones danzarias acompañadas por el Ruso y su banda, que cerraron con la sonoridad de la contagiosa conga de la Playa.

A su vez, el cielo se iluminó con fuegos artificiales seguidos por miles de baracoenses que concurrieron a la plaza Cacique Hatuey para celebrar el 502 cumpleaños de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa.

Escrito por Mirna Rodríguez Zúñiga

No hay comentarios:

Publicar un comentario