Científicos cubanos atraviesan abruptos parajes del macizo montañoso Sagua-Baracoa, como parte del programa de actividades de la expedición denominada Río Toa, auspiciada por la Fundación de la Naturaleza y el Hombre Antonio Núñez Jiménez (FANJ).
La
marcha, que inició el pasado miércoles 29 de enero, se desarrolla
durante 10 días en zonas de inestimable valor ecológico y ambiental,
localizadas en la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa, en homenaje al aniversario 90 del natalicio del célebre espeleólogo y geógrafo cubano Antonio Núñez Jiménez (1923-1998).
Liliana Núñez Véliz, hija de quien es considerado el cuarto descubridor de Cuba, encabeza el grupo de expertos nacionales y locales que recorre una parte del río Jaguaní, principal afluente del Toa incluido en áreas del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, sitio declarado Patrimonio Mundial de la Naturaleza en el año 2001.
En la expedición intervienen especialistas de la FANJ, científicos guantanameros del Sistema Provincial de Áreas Protegidas, Guardaparques de la Unidad de Servicios Ambientales Alejandro de Humboldt, el Cuerpo de Guardabosques, el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad, el Instituto de Geografía Tropical y la Agencia de Medio Ambiente, entre otras instituciones.
Divididos en tres grupos, la comitiva se mueve por zonas intrincadas de Quiviján, Boca del Naranjo y Barbudo, en el municipio de Baracoa,
donde realizan inventarios biológicos y paisajísticos, a la vez que
participan en la búsqueda de nuevas especies para la ciencia cubana.
Los
expedicionarios también asumen trabajos sociológicos de caracterización
y diagnóstico de los asentamientos humanos de esas áreas y acometen una
pormenorizada exploración hasta Salto Fino, la mayor caída libre de agua de la Isla.
El recorrido incluye el viaje por el río Jaguaní aguas arriba hasta la comunidad La Melba,
el ascenso a la Meseta del Toldo, cuyo pico culminante se ubica a mil
174 metros sobre el nivel del mar, y el desplazamiento por la ruta
ecoturística Ojito de Agua-Baracoa para desde allí ascender al lugar
conocido como Alto de Iberia.
Al
concluir el trayecto los especialistas evaluarán el estado de
conservación de las citadas localidades, cuyos resultados favorecerán
propuestas para incentivar el desarrollo del turismo de naturaleza en
esa región considerada como el núcleo de mayor biodiversidad y endemismo de Las Antillas.
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