Pensé
que sería una cobertura como tantas otras, pero no fue así. La
diferencia estuvo marcada desde puntualidad de los asistentes hasta el
escenario mismo de evento.
Diez
minutos antes de la hora programada llegué a la calle Rául Cepero
Bonilla, conocida por La Paletera. La claridad del espacio, más que del
astro rey, provenía de los blancos uniformes del personal de salud allí
reunido.
En
busca de datos que no imaginé se convertirían en crónica, me adentré en
el inmueble del todo remozado: nueva cubierta, pintura recién
estrenada, locales relucientes. Un edificio dotado de rampas definía a
las claras los destinatarios de su servicio.
La
confirmación no demoró. Del interior del local salió a pasos lentos una
veintena de ancianitos cuyas canas y piel arrugada revelaban los
vestigios de los años vividos.
Con
todo amor y cariño que se merecen se concibió para ellos la Casa de
Abuelos en Baracoa, con nueva sede en el otrora Centro de Salud Mental.
El centro asistencial opera como centro de rehabilitación psicológica y
funcional. Allí, personas de la tercera edad aprenden a enfrentar esa
etapa de la vida con independencia y establecen un vínculo con la
comunidad que mejora el entorno social en que se desenvuelven.
Con
funcionamiento diurno, en ese espacio se efectúan otras dinámicas como
ejercicios físicos, elaboración de manualidades, juegos de mesa,
actividades y charlas educativas con temas de interés.
A
tal fin disponen de patio-parque, área de rehabilitación para la
terapia ocupacional, sala, comedor y una pequeña parcela, viejo anhelo
de los ancianos hecho hoy realidad.
La
obra quedó inaugurada. Antes, varias personas expresaron su sentir en
versos y prosas. Al final quedó el dulce sabor de una visita a La Casa
del Abuelo, un lugar donde muchos encuentran una segunda familia para
compartir gustos afines y desterrar la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario