Siete son las maravillas de la ingeniería civil cubana seleccionadas en 1997 por los miembros de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC). Son obras únicas por su complejidad, magnitud y las técnicas aplicadas.
Nos referimos al Acueducto de Albear, el Túnel del Alcantarillado de La Habana, el Edificio FOCSA, la Carretera Central, el Puente de Bacunayagua, el Túnel de la Bahía de La Habana y el Viaducto La Farola. De ellas, una es baracoesa y de seguro ya muchos la identificaron con solo escuchar su nombre.
La más antigua
de todas, el Acueducto de Albear, comenzó a suministrar agua en el año
1893 y en la actualidad continúa brindando ese servicio.
En el año 1912 se construyó el
Túnel del Alcantarillado de La Habana, diseñado con el fin de evacuar
por gravedad las aguas albañales de la capital cubana por debajo de la
Bahía de la Habana.
La tercera maravilla es la Carretera Central, con una longitud de 1139 kilómetros, obra que se concluyó en 1931.
El Edificio
FOCSA data del año 1956, fue construido de hormigón armado, cuenta con
una altura de 121 metros sobre el nivel de la calle y 39 niveles. En esa
década fue considerado el segundo edificio de hormigón armado más alto
del mundo.
En la
construcción del Túnel de la Bahía de la Habana se necesitó el empleo de
técnicas novedosas. Este trabajo se inició entre los años 1952 y 1953 y
se inauguró en mayo de 1958.
¡Y qué decir del
Puente de Bacunayagua! Tiene 110 metros de altura ¡qué impresión la que
causa! Al menos, eso es lo que dicen las fotos, pero los que han pasado
por encima de él lo sabrán decir con exactitud.
Y
ya llega el portento de impresionantes curvas y pendientes. La última de
las siete maravillas cubanas está ubicada en la primera de las siete
villas. El Viaducto La Farola, ¡esa sí que la conozco de verdad! Constituye la vía terrestre que une a Baracoa con los municipios de Imías, San Antonio del Sur y Guantánamo.
En la
construcción del viaducto no se pudieron utilizar explosivos debido a
las características geológicas del lugar. Los martillos neumáticos se
enfrentaron solos a tantas rocas de las exuberantes montañas. Llega a
una altura de 450 metros sobre el nivel del mar. Quedó lista para
transitar en el año 1965.
Tal es la
magnitud de esa obra ingeniera que muchos de los que pasan por ella
piensan que van a caer en el precipicio. Para atajar el susto están las
imágenes impresionantes de una vegetación muy tupida y bella, montañas
de variados tamaños y manantiales de aguas cristalinas que permiten
refrescar al que lo desee.
Cada una de las
maravillas de la arquitectura cubana representa un logro, y más aún
cuando en la actualidad se mantienen conservadas a través del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario