Se hace necesaria la experiencia de visitar Baracoa.
Tierra de sencillas personas, interesantes tradiciones y rica historia.
Sus lindos paisajes y deliciosos aromas la convierten en mágica.
Es considerada como la Primera en el Tiempo por ser la primera de las siete villas fundadas en Cuba por Diego Velázquez el 15 de agosto de 1511.
Fue además la primera capital de la Isla hasta que esta se traslada a Santiago de Cuba. Así aparece en su escudo, en el cual está escrito: “Aunque soy la más pequeña de todas, siempre seré la primera en el tiempo”.
La Punta, El Castillo y Matachín,
hoy restaurante, hotel y museo, respectivamente, constituyeron
fortalezas militares durante la colonización de España en el período en
que Baracoa estuvo asechada por sucesivos ataques de corsarios y piratas.
El privilegio de contar con la única cruz sobreviviente de las 29 que Cristóbal Colón dejó durante su paso por el Nuevo Mundo y que hoy se preserva en la restaurada iglesia católica de la ciudad, es un gran atractivo.
El majestuoso Yunque y su Bella Durmiente
que son vistos desde varios puntos de la ciudad; así como los frutos de
cacao, coco y café representativos de la economía local, son símbolos
de naturaleza y autenticidad que incentivan la visita de foráneos de
todas partes del mundo.
Los bailes y ritmos autóctonos como el Kiribá, el Nengón y el Changüi, los ricos y afrodisíacos platos de Tetí, bacán y pescado con leche de coco, así como el dulce cucurucho,
representan la pura identidad de esta tierra llena aún de los legados
de nuestros aborígenes y portadora de un orgullo sin límites que
desborda a todo aquel que la ama.
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