En la sesión celebrada en Baracoa por la Asamblea Municipal del Poder Popular
el domingo pasado, la compañera Nancy Acosta, máxima autoridad
gubernamental en la provincia, realizó importantes reflexiones que
permiten tener una idea acerca del momento actual en el orden económico.
Pero más
que simplemente conocer lo dicho en el mencionado espacio, se impone
meditar con detenimiento para avanzar en la comprensión de una realidad
que a algunos paisanos todavía les parece,equivocadamente, la de
siempre.
Entre los
asuntos que allí se mencionaron, de mucho interés resultó la concepción
de la producción local como la principal fuente de materiales de la
construcción para enfrentar las necesidades habitacionales de los
baracoenses y las entidades del territorio.
Ciertamente,
producir en la localidad lo que en la localidad ha de consumirse para
uso y disfrute de los mismos residentes de la localidad viene a ser una
aspiración que cae de su propio peso, aunque llegar a ello implique
andar un camino de complejidades donde solo la inteligencia y el sentido
común pueden asegurar el éxito.
Valga
mencionar que recursos como el cemento, los elementos de piso y los
muebles sanitarios, por poner algunos ejemplos, no podrán incluirse de
inmediato en la lista de autoabastecimientos del municipio. Pero a lo
que la presidenta se refería es a la explotación de potencialidades al
parecer dormidas, que vegetan a la vista de todos.
El caso
menos meritorio y más lastimero, según parece, es el de la cerámica
roja, cuyo capital productivo no acaba de dar señales de vida,
disponiendo de un mercado amplísimo, con gran parte del equipamiento
disponible y materia prima en cantidades incalculables.
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