La solidaridad
internacional es la pieza clave para romper el muro de silencio sobre la causa
de cinco antiterroristas cubanos condenados a prisión en Estados Unidos,
insistió aquí la madre de unos de esos prisioneros.
En un foro anoche en la sede del Partido Comunista de
Chile (PC), Mirta Rodríguez, madre de Antonio Guerrero, subrayó la importancia
de los amigos de esa causa en el mundo, para incidir en el presidente
estadounidense, Barack Obama, en cuyas manos está poner fin a la cadena de
injusticias que caracteriza ese proceso judicial.
Rodríguez recordó que su hijo, junto a René González,
Ramón Labañino, Fernando González y Gerardo Hernández recibieron la misión en
la décade del 90 de penetrar organizaciones terroristas asentadas en territorio
norteamericano, a fin de alertar a Cuba de los planes criminales fraguados por
dichos grupos.
Tras ser descubiertos por las autoridades
estadounidenses, fueron encerrados en 1998 en celdas de castigo y en 2001
condenados a penas que van desde 15 años de cárcel hasta doble cadena perpetua
más 15 años.
La madre de Guerrero recordó que en la década del 90 Cuba
había sido blanco de una cadena de explosiones en instalaciones turísticas, a
causa de bombas colocadas por terroristas al servicio de las agrupaciones
contrarrevolucionarias radicadas en Estados Unidos, particularmente en Miami.
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