viernes, 7 de febrero de 2014

Baracoa luce un rostro reanimado. http://bit.ly/1ng4lrv

Vista hace fe en Baracoa. La Ciudad Primada de Cuba se abrió al 2014 con una hermosura enaltecida. No ha dejado de engalanarse la enigmática urbe después de celebrar su medio milenio; su gente de la mano de las autoridades locales siempre encuentra motivos para afeite, para estar a la altura de su belleza natural y paisajística.


Los baracoenses son testigos del progresivo rejuvenecer de su majestuosa Villa, al influjo de un presupuesto especial otorgado por el Estado cubano. Desde el 2011, durante su aniversario 500, se desató una avalancha transformadora con acciones de remodelación y construcción de instalaciones que cambiaron el entorno.


Sus encantos siguen expandiéndose, atrapando la mirada y los elogios de nativos y foráneos. Se trata de un singular y atractivo bulevar en el mismo centro urbano, que se conjuga armónicamente con el estilo colonial que distingue su arquitectura. Ese espacio de la calle Maceo se transformó en un paseo peatonal con servicios comerciales, gastronómicos y de alojamiento con diversas propuestas culturales, tanto estatales como no estatales.


Resalta, además, la estatua erigida en memoria del hombre más popular nacido de las leyendas de la Villa: el Pelú, al que se atribuye una maldición memorable contra esta tierra, que el historiador de la ciudad Alejandro Hartman insiste en no descontextualizar de la época y el momento concreto vivido por la primera de nuestras villas y ciudades.


“Del bulevar se concluyó el primer y segundo tramo, mientras trabajamos en el tercero, situado justo frente a la sede del antiguo Ayuntamiento (Gobierno local). Allí se remodela la calle, mejora la ambientación, la jardinería y la iluminación de todo ese espacio”, explica Joel Cobas López, vicepresidente del Gobierno en el municipio.


“Se proyecta, además, la restauración del parque central de la localidad, situado en ese mismo entorno, donde se sustituirán los cestos, el alumbrado, el diseño de los bancos y además se ampliará un poco más el bulevar”, aseguró el ejecutivo.


Junto a la nueva imagen del parque Mariana Grajales, reinaugurado el pasado 27 de diciembre, la vista se recrea también con el renacer delhotel Plaza, uno de los inmuebles emblemáticos de Baracoa, al que se le rehabilitaron sus 10 habitaciones y una parte del piso, cambió la pintura, impermeabilizó la cubierta y se adicionaron nuevos servicios como el de un restaurante, un bar-mirador y un área para la preparación de alimentos.


“Todo se ha sustentado en un programa que, aunque desde el punto de vista constructivo abarca la esfera cultural, patrimonial, histórica, medio ambiental y de los servicios, su matiz es fundamentalmente conservacionista del patrimonio que atesora la Primada de Cuba,” valora Cobas López. 


Atención especial mereció la comunidad de El Jamal, ubicada a unos 14 kilómetros en la carretera haciaMaisí. Allí, durante el 2013, el programa de reanimación permitió cambiar la infraestructura de centros de Comercio, Educación, Salud, Deporte, Cultura y abrió un diapasón conceptual de desarrollo, extendido a otras esferas como viviendas y viales.


Emplazado en un punto neurálgico de embarque de pasajeros hacia otras comunidades, resalta el complejo gastronómico El Jamal, donde sus 15 trabajadores ofrecen un servicio de restaurante, mientras la cafetería labora las 24 horas, ambos con ofertas que agradece la población.


Los lugareños también evidenciaron la reparación de la Casa de Cultura, el policlínico, el Correos, el complejo deportivo, la Casa de abuelos y dos puentes de la localidad.


“Los cambios en la ciudad siempre son gratificantes y dan la medida de que hay una visión para mejorar y desarrollarnos,” comenta el cuetapropista Reinier Navarro.


En tal sentido, María Elena Fernández, ama de casa, confiesa que “a pesar de que hay que continuar trabajando, se demuestra lo que ha significado para la gente de aquí estas obras, en beneficio propio, espiritual, en el sentido de pertenencia y la convicción de que sí podemos mostrar al visitante una ciudad igual de hospitalaria, pero evidentemente más acogedora “.


Los baracoenses reconocen los cambios, pero siempre suben la parada a cualquier aspiración y les parece poco, porque su grandeza de espíritu, los torna exigentes consigo mismos y quisquillosos cuando se trata de hacer por esta enigmática Villa.


La riqueza histórica de esta tierra, sus valores geográficos, culturales y arquitectónicos ameritan cuanto esfuerzo sea posible para que la Primada en el tiempo continúe siendo tanto un paraíso natural como urbanístico. 



Escrito por Yoíma Flores y Lisván Lescaille webbaracoa@cmdx.icrt.cu Fotos: Lisván Lescaille Durand el . Publicado en Historias baracoesas

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