
Como un golpe súbito esta acción trajo el recuerdo de aquella etapa. Alonso rememoró las horas de trasmisión, su desempeño incluso de mozo de limpieza, las cooperativas que hacían los trabajadores para pagar la cuota exigida por el dueño de la emisora.
Se conoció de las largas horas de trabajo y de las reuniones realizadas en horas de la noche, movidos solamente por el amor incondicional a la radio.
Del impacto de las primeras palabras en el éter nos relató Rafael Mosqueda, uno de los primeros oyentes, quien dijo que esta era una de las cosas que le faltaba a la villa y constituyó un aliento a los baracoenses.
El fiel seguidor de la radio valoró que Ranchón mexicano e Información agraria fueron los primeros espacios que se impregnaron en la población de la misma forma que impactan hoy De buena fuente, Sendero de luz y Frecuencia familiar en la parrilla de programación.
Entre remembranzas, anécdotas y curiosidades el primer secretario del Partido Comunista de Cuba en Baracoa, Tomás Espinel, sugirió la idea de salvaguardar la historia radial a través de imágenes vivientes como la del locutor y periodista Oscar Romero Laffita, quien contó pasajes de la participación de la emisora en las acciones por el triunfo de la Revolución Cubana.
La casa señalizada a partir de este 24 de febrero por las siglas de CMDX, mantiene su diseño original para testificar lo narrado por algunos de los hombres que hicieron radio en Baracoa.
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