Nuestras verdaderas raíces nunca deben ser olvidadas.Por eso reconozco y estimulo la labor de los que tienen la voluntad de descubrir de dónde vienen y qué hicieron nuestros progenitores. De eso trata el siguiente trabajo de Dailí Góngora Vicente y que a continuación pongo a consideración de ustedes.
“Un Ritchie en Cuba” nació como un proceso de transformación desde la comunidad: soñado, planificado, conducido, ejecutado y evaluado por la propia comunidad. Fue así como poco a poco su impacto se dio por los resultados obtenidos en ella.
El
proyecto tiene su base fundamental en la figura de Gilbert Yor Ritchie
William, quien nació el 25 de diciembre de 1900 en las Colinas de
Leinster, Saint Mary, Jamaica, y viene a Cuba en 1924.
En
el año 1928 llega a Cayogüín y se casa con Otilia Gamboa, hija y nieta
de mambises. Crea con ella una enorme familia. Trabaja entonces como
panadero, dulcero, hachero, carbonero y profesor de inglés. En 1950 el
dueño del aserrío local Felipe France, lo conoce y casi de inmediato lo
convierte en el oficinista, tenedor de libros, económico, en fin, el
hombre que administraba todo el estado financiero de este hombre que era
un además un destacado comerciante.
Ritchie
dominaba 4 idiomas, tenía amplios conocimientos de Historia Universal,
Matemáticas, Aritmética y una amplia cultura. Se vuelve además en un
estrecho colaborador del Ejército Rebelde, llevándole medicinas y
curando enfermos como un verdadero profesional, otro de sus grandes
dones.
Se
jubila de la oficina de Felipe France en el año 1978, y se convierte en
el más fiel miliciano de las Tropas Guardafronteras como parte del
Pelotón Mirando al Mar, donde obtiene diversos reconocimientos que por
suerte aun se conservan por los integrantes del proyecto.Se
dice que Ritchie fue la enciclopedia viviente de Cayogüín y que no se
puede hablar de la historia de la Empresa Forestal de Baracoa sin hablar
de “Ritchie el jamaiquino”.
Muy
enfermo y ciego, Gilbert Yor Ritchie William muere en Cayogüín, el 5 de
marzo de 1993, rodeado de la familia que logró crear, de sus amistades y
compañeros de trabajo.
Su cuerpo sin vida fue cubierto por una bandera cubana que se atesora celosamente.
Su cuerpo sin vida fue cubierto por una bandera cubana que se atesora celosamente.
A
Ritchie se le hizo Guardia de Honor como al más legendario y autóctono
miembro de la comunidad de Cayogüín, como al más oriundo cubano. Por
eso, este proyecto no tiene fronteras ni límites.
La
impronta de su abuelo Ritchie trae hasta esta entrevista al Licenciado
Edgar Ritchie Navarro, quien lleva adelante el Proyecto de Inmigración
Jamaicana en el Nordeste Oriental Cubano: “Un Ritchie en Cuba”, desde el
Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa ¨Doctor Antonio Núñez
Jiménez¨.
- ¿Cómo y cuándo surge la idea del proyecto? ¿Qué le motivó a llevarlo adelante?
El
proyecto tiene su inicio en enero del 2011, como una manera de
replantear la personalidad de Gilbert Yor Ritchie William y para llevar
la historia de la localidad de Cayogüín a un plano superior ante el
desconocimiento y pérdida de este patrimonio histórico local. Una manera
que permitiría abordar y entregar un plan de desarrollo local
comunitario, con una base extensiva a otras comunidades.
Apoyado
en la propia investigación, se logró la inserción de un proyecto de
inmigración jamaicana en la Facultad de Humanidades del Instituto
Superior Minero Metalúrgico de Moa “Doctor Antonio Núñez Jiménez”, con
la característica de ser casi de forma independiente y sin
financiamiento institucional, pero apoyado en el legado de Ritchie.
El
nombre de este proyecto está estrechamente vinculado a la
participación de la impronta jamaicana en el nordeste oriental cubano,
ya que es el nombre del más legendario miembro de la comunidad de
Cayogüín: Gilbert Yor Ritchie William, o mejor dicho “Ritchie el
jamaiquino” como todos lo conocían.
La
propia huella jamaicana en Cuba, además las lagunas dentro de nuestra
propia historia, de temas ya olvidados pero de una asombrosa magnitud,
que van a conformar ese ajiaco afrodisíaco que es nuestra cultura, como
lo llamara el destacado investigador e intelectual cubano Fernando Ortiz
Fernández.
Hemos
participado en diferentes eventos nacionales y con carácter
internacional, como las Romerías de Mayo y el Festival del Caribe, este
último fue el impulso cualitativamente superior al proyecto.
En
agosto de 2011, como homenaje a la liberación de Jamaica, al 500
Aniversario de la Fundación de la Villa de Nuestra Asunción de Baracoa y
al año de los Afro descendientes, quedó inaugurado, mediante una fiesta
popular y con esfuerzos propios, el primer monumento a un ciudadano
jamaicano en Cuba: el Monumento a Gilbert Yor Ritchie William, en el
Kilómetro 13 de la Carretera Baracoa- Moa, en la localidad de Cayogüín. Este es hoy el símbolo más hermoso del proyecto.
Hemos
divulgado tanto nuestras actividades como los logros en la radio y la
televisión local. Se mantiene comunicación con importantes
personalidades e instituciones tanto nacionales como internacionales.
Se
han ejecutado diversas acciones apoyadas en este estudio, lo que
permitió que se desarrollaran 4 tesis para alcanzar el titulo de
Licenciatura en Estudios Socioculturales en la universidad moense. Se
han impreso folletos con aspectos básicos de la historia de la localidad
y entregado a las escuelas de Cayogüín.
Nuestra
más grande satisfacción es contar con el reconocimiento de los
habitantes de ese terruño, pues por primera vez surge una investigación
desde adentro de Cayogüín.
- ¿Qué propósitos persigue el proyecto?
Son
muchos los objetivos que pretendemos alcanzar, en primer lugar el
estudio de la inmigración jamaicana y su legado a la cultura en el
territorio del noreste, que comprende desde la Punta de Maisí en la
provincia de Guantánamo, hasta el municipio Frank País en la provincia
de Holguín, para profundizar específicamente en el rescate de la
historia, cultura y tradiciones de la localidad de Cayogüin en el
municipio de Baracoa, en Guantánamo.
También
pretendemos insertar el proyecto en el marco académico de la
universidad, mediante las tutorías de tesis sobre la inmigración
jamaicana en el nordeste cubano.
Ahora
estamos accionando para lograr que en la ciudad de Moa se le coloque
una Tarja de recordación o un Monumento al también ciudadano jamaicano
John Alexander Christie Duffas, otra figura prominente para la historia
local, considerado como uno de los primeros pobladores de Moa.
Trabajamos
en función de crear la Cátedra Honorífica del Caribe en el Instituto
Superior Minero Metalúrgico de Moa, en coordinación con el Departamento
de Extensión Universitaria y la Facultad de Humanidades de nuestro
instituto.
Y
como finalidad fundamental, pretendemos llegar a publicar el Libro “Un
Ritchie en Cuba”, para insertar en la historiografía cubana y caribeña
la historia de muchas comunidades costeras del nordeste oriental cubano
que atesoran una gran tradición.
- ¿Puede hacer referencia al legendario apellido Ritchie?
Siempre
debo remontarme al surgimiento de este apellido. Ritchie tiene su
surgimiento en Inglaterra o Escocia, pues aparece en el libro "The
General Armory of England, Scotland, Ireland and Wales" escrito por Sir.
Bernard Burke. Esta obra apareció por primera vez en el año 1842 y en
ella se describen unos 60.000 apellidos, entre los que está la historia
del apellido Ritchie.
En
las Colinas de Leinster, en ST. Mary, Jamaica, vivía Guillermo Ritchie
que ya tenía algunos de sus hijos cuando en 1834, Gran Bretaña aprueba
la abolición de la esclavitud en las Indias Orientales. Este importante
hecho ocurre dentro del marco de la nombrada Era Victoriana. Así, en
1841 nace libre William Ritchie, padre de Rueben Bartholemew Ritchie,
padre a la vez de Gilbert Yor Ritchie William, mi abuelo.- ¿Algo más que añadir?
Sí,
quiero puntualizar que Gilbert Yor Ritchie William fue un hombre
excepcional y que trabajamos sin descanso para levantar su nombre y
darle el reconocimiento que merece, por lo que significó en la historia
de la comunidad de Cayogüín.
Muchos
de los descendientes de Ritchie en Cuba y Jamaica hemos podido
reunirnos y conocernos personalmente, una de las cosas más hermosas que
he experimentado.
Lo más importante es que seguimos habitando y cuidando como él, la tierra que ayudó a construir.
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